Al igual que su hermano mayor, Casa Do Sol, el vino "FROINA" se basa en una viticultura razonada y natural, donde lo más importante es el monitoreo y el trabajo del viñedo desde la poda hasta la cosecha. En almacén, trabajamos con el máximo respeto por la identidad y tipicidad de nuestra uva, aplicando una enología intuitiva y poco intervencionista. Después de la vendimia y la selección de racimos, ambos hechos a mano, se realiza una maceración de película fría, para potenciar los aromas primarios, que se encuentran en la piel de la uva. La fermentación posterior es natural gracias al uso de levaduras nativas y las propias.
Lo que hace diferente a su hermano mayor es la selección de tramas y cómo evolucionan durante el proceso de elaboración. También tiene una crianza en lías de alrededor de diez meses, dependiendo de la evolución del vino de cada añada y de sus propias características.